De la responsabilidad social a la acción colectiva

Con el auge de los movimientos ecologistas en los años 60, algunos empresarios estadounidenses comenzaron a buscar adaptarse a las tendencias, logrando la aprobación social y la reducción de sus impuestos.

Es así como empieza a surgir la idea de responsabilidad social, planteada por Thomas Watson de IBM y David Rockfeller de Chase Manhattan Bank, aunado a otros factores como la globalización, la liberalización del comercio y sus reformas regulatorias, los códigos del buen gobierno y la exclusión de sectores de la sociedad como resultado del desarrollo.

Aunque a primera vista esto pareciera algo positivo, pues se empieza a tomar acción ante los daños que causan las corporaciones, algunos académicos argumentan lo contrario.

Paula Sanín, antropóloga de la Universidad de Antioquía comenta que la RSE ha provocado que las empresas adopten atributos que históricamente se asignaron a los estados y pongan en cuestión la soberanía interna, pues estas acciones no surgen de ciudadanos excluidos y vulnerados sino de grupos de interés que se delimitan al interior de la empresa.

Asimismo, Mariángel Sánchez afirma que el ideal neoliberal crea una cultura de autorresponsabilidad y de autoayuda, generando así una demanda altamente lucrativa para el sector empresarial, promovida por la responsabilidad social.

Fácilmente podemos identificar cómo las empresas han aprovechado la RSE como greenwashing, tal es el caso de H&M, que hace un par de años lanzó una campaña de reciclaje de pendas de ropa mientras que a la par se reportaba el incumplimiento de sus promesas de mejorar los salarios y los abusos que sufrían sus trabajadoras en Asia.

En países como México, obtener el distintivo de Empresa Socialmente Responsable no requiere más que una autoevaluación, algunos documentos que la comprueben y una nada módica suma de dinero. Provocando que empresas como Grupo México, causante de grandes desastres ambientales, tengan este distintivo.

Protestas en Sonora, a un año del derrame de tóxicos (foto)

Garantizar el derecho a un medio ambiente sano, mejores condiciones laborales y apoyo a los grupos vulnerables es una responsabilidad del Estado, los ciudadanos y la sociedad civil organizada cumplen un rol muy importante al exigir que no se vulneren estos derechos, que más allá de ser una cultura de autoayuda, es una forma de participación ciudadana y activismo político.

Por su parte, las empresas también pueden participar activamente mediante otras acciones que van más allá de las limitantes de la responsabilidad social, por ejemplo, dejar de evadir impuestos o mejorar sus condiciones laborales.

John Stutz investigador titular del Instituto Tellus de Boston, sostiene que si los países se fijaran como objetivo una semana laboral de tres o cuatro días y la fueran introduciendo progresivamente, podrían enjugar gran parte del crecimiento de emisiones y al mismo tiempo, mejorarían la calidad de vida

Las acciones que hoy se realizan en la RSE, si bien son necesarias, no son suficientes para lograr el equilibrio entre la naturaleza, la economía y la sociedad, pues para lograrlo se requieren acciones que no vayan encaminadas a mantenimiento un modelo económico insostenible.

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